En la jornada, se abordó el tema de las oportunidades que ofrece el Big Data para la abogacía de la mano de Alejandro López Parra, responsable de Inteligencia del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) quien explicó al detalle qué es Big Data y su evolución histórica partiendo de los principios de procesamiento local, escalabilidad horizontal, redundancia, paralelización y democratización en estrecha conexión con el juego de sus principales características: velocidad volumen, variedad, valor y veracidad. Se trató el tema de una inmensa cantidad de datos de diversa naturaleza, relacionados entre sí. Datos estructurados, con una longitud y formato definidos, almacenables en bases de datos relacionales (fechas números, IPs) y datos no estructurados, que carecen de longitud y formato definidos, no almacenables en BD relacionales (texto, imagen, audio, video) y semi-estructurados (XML, HTML, JSON extraídos de redes sociales, documentos legales, etc). Una ingente cantidad de datos que, a su vez, crece exponencialmente, lo que impide su tratamiento óptimo en base a tecnologías tradicionales, dado que cuanto mayor es la capacidad de procesamiento mayor es el crecimiento de la tecnología analítica, mayor es la agilidad se le exige y mejor definida debe tenerse su finalidad, su utilidad y, en definitiva el valor que aporta para que cobre sentido. Pero es que, además, debemos estar seguros de que los datos sean veraces y cumplan con la normativa de seguridad, para que la información a extraer consiga tener como mínimo tanto valor veraz como el de los datos de los que partimos. Tradicionalmente, el análisis de la información utilizado en estrategias de Business Intelligence ha venido siendo descriptivo, es decir, orientado a la verificación de datos con métodos deductivos. Hablamos de la analítica de negocio tradicional que nos permite obtener como resultado informes y métricas que nos describen una concreta situación en la que nos hallamos. Un paso más radica en los análisis predictivos o prescriptivos orientados a descubrir conocimiento en base a métodos inductivos que utilizan técnicas de inteligencia artificial, aprendizaje automático, estadística y sistemas de bases de datos basadas en estadística, álgebra, etc propios de la denominada Minería de Datos (Data Mining) con el objetivo de extraer información de los datos y transformarla en una estructura comprensible y utilizable para la toma de decisiones estratégicas. En definitiva, resultados de información trabajada que, aplicada al sector jurídico puede ayudarnos a la búsqueda masiva de información de referencia y evidencias que nos asistan en la preparación de los casos e incluso en la predicción de posibles pronunciamientos judiciales, además de poder orientar a nuestros clientes en la toma de decisiones societarias, monitorización ágil de información relevante, etc.